El falso debate sobre la seguridad
- Pavel Pedraza
- 1 dic 2022
- 3 Min. de lectura
El debate de esta semana se ha centrado en la política de seguridad de este Gobierno de la República; los índices de inseguridad han ido en aumento, para nadie es un secreto que vamos por un camino sinuoso, sin brújula y con un destino muy incierto.
Dos iniciativas de reformas se debatieron en las últimas semanas, la primera aquella que incorpora a la Guardia Nacional como una parte del Ejército; es decir, un órgano dependiente de las fuerzas armadas, cuyo mando es el secretario de la Defensa y, como todos lo sabemos, el Presidente de la República como jefe supremo de las fuerzas armadas de este país. Esta reforma, aprobada únicamente por Morena, sin los votos del PRI, PAN y Movimiento Ciudadano, estoy convencido que no pasará el filtro de la controversia constitucional; es decir, su contenido, contrario a la Constitución, debe ser rechazado por los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, porque el espíritu de esa reforma no tiene otro propósito más que el Ejército se convierta legalmente en la cabeza de la estrategia de seguridad pública, seguridad nacional, seguridad interior y, si me apuran mucho, de la seguridad ciudadana; lo anterior implicaría que por la vía del derecho el Ejército tuviera a su cargo la responsabilidad completa de los asuntos de seguridad del país, hecho que tendría que impactar en otras legislaciones, procesales particularmente, para cuidar el denominado debido proceso legal, circunstancia que no se ha señalado por ningún legislador o legisladora y que viola la Constitución, reitero.
La segunda reforma, que propició algunos señalamientos al interior del partido que integra la diputada proponente y en parte de la sociedad mexicana, consistía en reformar un artículo transitorio de la Constitución, mediante el cual se estableció que la fuerzas armadas, Ejército y Marina Nacional apoyarán a la Guardia Nacional en tareas de seguridad hasta que se pudiera contar con una corporación de mando civil estable, fuerte y que se avanzara en el fortalecimiento de las corporaciones policiales locales; el fondo era que se ampliara el periodo de respaldo que concluye en marzo de 2024 y se fuera hasta marzo de 2029.
Dos reformas que revivieron el debate sobre la militarización de la seguridad pública, debate en el que tenemos envueltos desde hace 12 años y que no hemos podido librar por falta de una política se seguridad integral; varios intentos se han dado con la idea de crear una corporación en el ámbito federal que combata las células del crimen organizado, con el presidente Vicente Fox, la Agencia Federal de Investigaciones fue la idea que se concretó para trabajar en ese propósito; en ese sexenio creció brutalmente el secuestro, la extorsión y el narcotráfico avanzó; luego, con el presidente Felipe Calderón, se tomó la decisión de desmantelar la AFI y se dio paso a fortalecer la Policía Federal con ese propósito, pero ante los avances que la delincuencia tenía, decidió que las fuerzas armadas respaldaran las labores de seguridad, pero sin dar un marco legal que permitiera que su actuación fuera transparente y provista de legalidad en sus actos; después, con el presidente Enrique Peña Nieto, se concentró en la Secretaría de Gobernacion el tema de seguridad, se intentó crear la denominada gendarmería nacional, se buscó tener una policía nacional única, se intentó dar un marco normativo a las funciones del Ejército en seguridad con la Ley de Seguridad Interior, pero no lo logró, ya que alguna parte de la oposición, los que hoy gobiernan se opusieron. Después de esos intentos viene la Guardia Nacional como corporación que en su nacimiento contó con el apoyo unánime de los legisladores federales; pero que en los hechos no ha logrado cumplir con su propósito, estimo que por falta de estrategia, por no fortalecer a las policías locales y por falta de una visión de conjunto del problema de inseguridad que estamos viviendo.
Estando así las cosas, con una falta de continuidad en el modelo policial de combate a la inseguridad, nace la pregunta obligada: ¿Que siga el Ejército apoyando a la Guardia Nacional? O de una vez por todas se toma de decisión política de fortalecer un mando policial nacional civil, de invertir en las capacidades institucionales locales de seguridad pública y seguridad ciudadana, porque corremos el riesgo de seguir perdidos en lo que parece un falso debate que no hace otra cosa que permitir que la criminalidad avance en el país.
Yorumlar