Chihuahua ha vivido momentos complejos en materia de seguridad, muchos acontecimientos hemos presenciado a lo largo de nuestra historia; sin embargo, puede decirse que el carácter, la nobleza y temple de quienes habitamos este estado ha permitido modificar las cosas y progresar en diversos rubros. Hoy tenemos un nuevo reto, la crisis de inseguridad que estamos viviendo, producto de la actuación del crimen organizado; esto nos debe llevar a una reflexión profunda sobre la capacidad de acción y reacción que como pueblo debemos tener. Lo más fácil puede ser aventar culpas entre los diversos órdenes de gobierno; reclamar la falta de actuación de unos y de otros, lo cual tendrá como resultado aquello que los delincuentes quieren, vernos divididos. En el pasado, con estrategia, decisión, firmeza y coordinación institucional, logramos bajar la incidencia delictiva, controlar los centros penitenciarios e implementar políticas públicas en materia de prevención social de la violencia; esto se logró con la intervención de la sociedad civil, partidos políticos, legisladores de todas las fuerzas políticas; con los empresarios, académicos y buscando las mejores prácticas que se han desarrollado en el mundo para lograr disminuir la inseguridad.
Un requisito tiene esta estrategia, ese requisito es la voluntad, la voluntad política; esa que deben asumir gobernantes, de los tres órdenes de Gobierno; sin regateos, sólo con un ánimo de hacer que las cosas sucedan en beneficio de la sociedad. ¿Qué proponemos ante este clima de inseguridad?: La instalación del Consejo Estatal de Seguridad Pública con la participación de los tres poderes del Estado y la sociedad civil, tal como lo establece la ley sobre el Sistema Estatal de Seguridad Pública. Se instale una mesa de trabajo entre los tres poderes del Estado a fin de revisar el marco jurídico en materia penal, Ley de Ejecución de Penas y Medidas Judiciales, así como la Ley Orgánica de la Fiscalía General del Estado, con la finalidad de realizar las reformas pertinentes que, garantizando el debido proceso, brinden seguridad a la sociedad chihuahuense. Se proponga un acuerdo con los Poderes de la Unión, que permitan una relación de confianza, comunicación y acuerdos, con mecanismos de evaluación objetivos que permitan avanzar en la solución del clima de inseguridad que priva en el Estado. Se realice un reajuste presupuestal a fin de adecuar las instalaciones de lo que antes era el Cefereso No. 9, ubicado en Ciudad Juárez, y con ello se busquen despresurizar los centros penitenciarios en el estado. Se solicite de manera formal a la Federación el traslado a penales federales de todas aquellas personas sentenciadas por delitos del fuero federal que representen un riesgo para la seguridad de los penales. Se impongan las medidas sancionadoras pertinentes para quienes, en uso de sus atribuciones legales, permitieron el ingreso de dinero, armas y otros objetos al interior del Cereso de Ciudad Juárez. Se implemente una política pública en materia de cultura de la legalidad y prevención social de la violencia, con la intervención del sector educativo, para garantizar la protección de la juventud chihuahuense. Se analice, redireccione y fortalezca la inversión pública en materia de fortalecimiento de las capacidades institucionales de los municipios del Estado, en patrullas, equipo y prestaciones para las corporaciones policiales. Se convoque a partidos políticos a realizar un acuerdo en pro de la seguridad de Chihuahua, mediante colaboración puntual y observación crítica de los hechos, que permita trabajar en una estrategia de suma de intenciones positivas para Chihuahua. La seguridad es una tarea de todos, debemos asumir nuestra parte y decidirnos a participar en la solución de los problemas; la experiencia, la buena voluntad y actitud propositiva deben ser la fórmula que como sociedad debemos asumir.